lunes, 13 de enero de 2020




Aún escucho tus pasos alejarse por el pasillo, el golpe de tus tacones en el piso de madera se oyen tan recientes como si todavía no hubiera pasado tanto tiempo. 
Cada paso, cada golpe de tus tacones resuena en mi cabeza recordando que te fuiste molesta, molesta contigo, conmigo, con todo. 
Molesta de que aquello no funcionara, yo lo intenté, creo que tu también, y todavía me pregunto, ¿qué nos falló? 
¿Alguien más habrá escuchado esos tacones partir? 
Ojalá que no.  
Y si, pudiera negarlo, decir que no duele, que no pasó, que nunca te conocí, pero mentiría absurdamente.  
Año tras año que pasa prometo olvidarte, y sin embargo mírame aquí un 31 de diciembre escribiendo estas líneas para tirecordando  tu andar,  tus pasos alejarse, recordando el sonido de tus tacones que de alguna forma me decían adiós. 
Luciana Wainer.



“Arte poética”, de Borges

Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.

Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche, que se llama sueño.

Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor y un símbolo,

ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.

A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.

Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
lloró de amor al divisar su Itaca
verde y humilde. El arte es esa Itaca
de verde eternidad, no de prodigios.

También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.

Imagen

No somos Perfectos Cada quien Ha pasado Por todo lo Negativo que Hay en la vida Esto nos ayuda A construir una Nueva versión De uno mismo Que siempre hay Un MAÑANA por Vivir y disfrutar Que una nube gris Se puede disipar Si decidimos Sonreír.





sábado, 21 de diciembre de 2019



Puedes irte y no importa, pues te quedas conmigo
como queda un perfume donde había una flor.

Tú sabes que te quiero, pero no te lo digo;
y yo sé que eres mía, sin ser mío tu amor.

La vida nos acerca y la vez nos separa,
como el día y la noche en el amanecer...
Mi corazón sediento ansía tu agua clara,
pero es un agua ajena que no debo beber...

Por eso puedes irte, porque, aunque no te sigo,
nunca te vas del todo, como una cicatriz;
y mi alma es como un surco cuando se corta el trigo,
pues al perder la espiga retiene la raíz.

Tu amor es como un río, que parece más hondo,
inexplicablemente, cuando el agua se va.
Y yo estoy en la orilla, pero mirando al fondo,
pues tu amor y la muerte tienen un más allá.

Para un deseo así, toda la vida es poca;
toda la vida es poca para un ensueño así...
Pensando en ti, esta noche, yo besaré otra boca;
y tú estarás con otro... ¡pero pensando en mí!.




Habrá que vivir mintiendo
en todos lados, a toda las gente,
amordazándome el corazón,
encadenando tu nombre, aprisionándolo
para que no salga de mi boca,
para que no escape y corra lejos
porque —seguramente— iré tras él
vomitando la verdad al perseguirlo.

Habrá que vivir cuidándome
de todo recuerdo y espejismo.
Será necesario construir una muralla,
sitiarme, ser exiliado del mundo.
Sé que tu voz está allá afuera
con la llave lista en el bolsillo.
(Tendré entonces que cambiar mi cerradura)

Habrá que vivir sin prisa alguna,
caminar con paso lento adonde sea.

Saúl Juárez